El aborto es una acción humana tipificada como delito por la actual legislación peruana. Mientras el Estado reconozca al concebido como Persona Humana. Esta posición se fundamenta en varios aspectos legales y éticos que refuerzan la protección de la vida desde la concepción.
Según el Código Civil peruano, en su artículo 1, toda persona es sujeto de derecho desde su nacimiento, la vida humana comienza con la concepción. El concebido es sujeto de derecho para todo aquello que le favorece, aunque la atribución de derechos patrimoniales esté condicionada a que nazca vivo. Esta disposición legal establece una base sólida para considerar al concebido como un ser con derechos, lo que justifica la tipificación del aborto como un delito.
El Código Penal, a través del Decreto Legislativo N° 635, tipifica el delito del aborto en los artículos 114° al 120°, incluyendo el autoaborto, el aborto consentido, el aborto sin consentimiento, el aborto preterintencional, el aborto terapéutico, y el aborto sentimental y eugenésico. Estas categorizaciones reflejan la seriedad con la que el sistema legal peruano aborda el tema del aborto, reconociendo diferentes circunstancias y estableciendo penas específicas para cada caso.
En Perú, el aborto es ilegal salvo en situaciones donde exista peligro para la salud de la mujer. Sin embargo, la ilegalidad del aborto no ha impedido que las mujeres continúen practicándolo, a menudo en condiciones inseguras. La legislación actual establece que la mujer que cause su aborto, o consienta que otro lo practique, será reprimida con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de 52 a 104 jornadas. Esta penalización tiene como objetivo disuadir la práctica del aborto, protegiendo así al concebido y a la madre.
Además de las consideraciones legales, existen argumentos éticos y sociales que respaldan la prohibición del aborto. Desde una perspectiva ética, la vida humana es valiosa desde el momento de la concepción, y el concebido merece protección. La sociedad, a través de sus leyes, refleja este valor al establecer medidas punitivas contra el aborto. Socialmente, la protección del concebido fomenta un entorno que valora y respeta la vida en todas sus etapas, contribuyendo a una cultura de respeto y cuidado.
En conclusión, la legislación peruana, al reconocer al concebido como Persona Humana y tipificar el aborto como delito, refleja un compromiso con la protección de la vida desde la concepción. Aunque el aborto es ilegal salvo en casos específicos, las mujeres siguen practicándolo, lo que plantea desafíos adicionales para las políticas de salud pública. Es fundamental continuar explorando alternativas que respeten los derechos y la salud de la mujer, al mismo tiempo que se protege al concebido, buscando un equilibrio que refleje tanto los valores legales como éticos de la sociedad peruana.
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